«El principiante debe verse a sí mismo como alguien que se dispone a hacer un jardín para el placer de su Señor, en un suelo infructuoso en el que abundan las malas hierbas. Su Majestad arrancará de raíz las malas hierbas y en su lugar pondrá plantas buenas. Consideremos que esto ya está hecho cuando el alma se decide a practicar la oración y ha comenzado a hacerlo.»

Written by Saint Teresa of Avila

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