«Empecé a trabajar en un comedor social en el barrio marginal de Los Ángeles cuando tenía 13 años, y el primer día sentí mucho miedo. Era joven, la situación era dura y cruda, y aunque estaba con un gran grupo de voluntarios, me sentía abrumada.»
«Empecé a trabajar en un comedor social en el barrio marginal de Los Ángeles cuando tenía 13 años, y el primer día sentí mucho miedo. Era joven, la situación era dura y cruda, y aunque estaba con un gran grupo de voluntarios, me sentía abrumada.»